Lógica: el arma contra la FDA

La lógica se apoya en nuestras habilidades
de observar, analizar y discernir y, al
practicar sus enseñanzas, catapultamos
la potencia de la razón.

Por: Carolina Contreras

La lógica fue uno de los logros espectaculares del uso y el desarrollo de la facultad de razonar.

Fue inventada por los griegos antiguos, particularmente por Aristóteles y Platón. Ellos la desarrollaron de forma escrita.

Gracias a la lógica surgieron múltiples posibilidades para la Humanidad, incluyendo las ciencias y el método científico.

Con lógica se pueden analizar todas las formas de la información y los argumentos.

Sin lógica es imposible entender el progreso del pensamiento de principio a fin, y tampoco se pueden identificar las fallas que hay en el proceso.

En estos tiempos de exceso de información, la lógica es una herramienta indispensable.

El estudio de la lógica es lo que permite entender las diferencias radicales entre, por un lado, opinión, conjetura, suposición, creencia y sugerencia y, por el otro, un argumento que intenta llegar a una conclusión verdadera.

Llegar a entender estas diferencias es un mecanismo de discernimiento eficiente y un arma de defensa vital; un arma para defendernos de la propaganda.

Sin lógica es imposible analizar profundamente las acciones y declaraciones de la FDA, uno de los bastiones primordiales de la propaganda médica.

La Agencia de Alimentos y Medicamentos —la Food and Drug Administration (FDA)—  es una agencia del gobierno de Estados Unidos.

En su pagina web dice:

La FDA es responsable por:

proteger la salud pública asegurando que la comida es segura, completa, sanitaria y que está etiquetada apropiadamente;

garantizar que los medicamentos humanos y veterinarios, y vacunas y otros productos biológicos y dispositivos médicos para uso humano son seguros y eficaces.”(Link).

Los investigadores de la FDA son los encargados de revisar los estudios enviados por las farmacéuticas. Estos estudios son la base sobre la que las farmacéuticas solicitan a la FDA que apruebe los medicamentos y vacunas que han descubierto y diseñado en sus laboratorios, para uso en humanos y animales.

Si en la FDA consideran que los estudios cumplen con los requisitos científicos fundamentales y que tienen méritos suficientes, proceden con el proceso de aprobación.  

Dentro de los equipos de evaluación están el Comité Asesor sobre Vacunas y Productos Biológicos Relacionados y el Comité Asesor de Ciencias Farmacéuticas y de Farmacología clínica.

Estos comités son los responsables de garantizar que las drogas y vacunas son seguras y efectivas.

La condición para que los medicamentos se puedan vender al público y utilizar en las personas es que tienen que ser seguros y efectivos.

Ninguna droga o vacuna se puede vender al público sin que la FDA haya aprobado su venta y distribución.

De acuerdo con la Real Academia de la Lengua seguro significa: “libre y exento de todo peligro, daño o riesgo. Cierto, indudable y en cierta manera infalible”.

El significado de efectivo es “real y verdadero. Que tiene la capacidad de lograr el efecto que se desea o espera”. 

Sin embargo, en su página web, al explorar los procesos de desarrollo y aprobación de drogas, uno encuentra el siguiente apartado: Why Learn about Adverse Drug Reactions (ADR)?  (¿Por qué aprender sobre reacciones adversas a las drogas?). (1)

La respuesta:

Más de 2.000.000 de reacciones adversas serias al año.

100.000 MUERTES anuales.

Las reacciones adversas son la cuarta causa de muerte, por encima de la enfermedad pulmonar, la diabetes, el SIDA, la neumonía y los accidentes automovilísticos.

350.000 reacciones adversas anuales en pacientes geriátricos.

Reacciones adversas en pacientes ambulatorios: desconocidas.

¿Por qué aprender sobre acciones adversas a las drogas?
Porque las drogas ultraseguras matan cientos de millones al año.

Dos millones y medio de personas dañadas al año por medicamentos que la FDA garantiza que están libres y exentos de todo peligro, daño o riesgo. Cien mil MUERTES al año por usar medicamentos seguros, ciertos, indudables e infalibles.

Dos millones y medio equivale a la población completa de Guayaquil. Supera con creces la del departamento de Armenia.

El sistema médico de salud mata a 100.000 personas y daña seriamente a otros dos millones al año en EE.UU y en estas cifras no se incluyen los daños ni las muertes generadas a pacientes ambulatorios.

¿Han pensado cuántas personas están tomando medicamentos afuera de los hospitales?

Tampoco se contabilizan los daños o las muertes por el uso inadecuado de los medicamentos, lo que quiere decir que únicamente te conviertes en una estadística si presentas reacciones adversas al tomarte los medicamentos siguiendo las instrucciones de los médicos.

Las implicaciones de esto son oceánicas.

Por un lado, tenemos todas estas muertes, todas estás reacciones adversas. Por el otro lado, tenemos una agencia que certifica que estas drogas son seguras y efectivas.

Adicionalmente, sabemos que todas las drogas que son aprobadas por la FDA tienen varios estudios que las respaldan.

Estudios hechos en primera instancia por las farmacéuticas y que son presentados a la FDA respaldando su solicitud de aprobación de los medicamentos en cuestión. Estudios hechos por la FDA. Estudios hechos por investigadores independientes.

Todos estos estudios se publican en las más prestigiosas revistas médicas, científicas y académicas, de manera constante. Hay un flujo permanente de publicaciones que "demuestran" que estos medicamentos y vacunas son seguros y efectivos.

Esto significa que una parte importante de la base de datos científica es una estafa. Tanto los datos como la forma en la que se presentan esos datos son una farsa.

¿Cómo lo sé? Piénsenlo. Es cuestión de pensar lógicamente.

Por un lado tenemos estudios e investigadores que garantizan que los medicamentos son seguros. Por el otro, tenemos una cantidad alarmante de muertes causadas por esos medicamentos. Esto es una paradoja. Una contradicción.

No puede ser cierto que las drogas sean seguras y que causen muertes al mismo tiempo. Uno de los dos enunciados tiene que ser falso. Como los muertos y los daños son un hecho incontrovertible (admitido por la misma FDA) esto significa que la seguridad de las drogas es el enunciado falso.

Como la idea de la seguridad de las drogas descansa sobre los estudios que así lo demuestran tenemos entonces que las farmacéuticas están haciendo estudios fraudulentos. Y estas mentiras desembocan en la muerte de 100.000 personas al año, solamente en Estados Unidos.

Si la verdadera función de la FDA es “garantizar que los medicamentos… son seguros y eficaces”, ¿cómo se puede explicar que sigan aprobando medicamentos letales para la Humanidad? ¿Cómo es posible que no alerten a la población sobre sus peligros inminentes?

Lo que pasa es que su verdadera función —lo que la FDA hace mejor— es manipular consciente e inteligentemente los hábitos y opiniones organizadas de las masas, como lo dijo Bernays. Sus dirigentes saben cómo difundir información contradictoria, cómo crear confusión y dejar a la gente en un pantano mental, activando la sensación de incapacidad y estupidez, creando un ambiente propicio para la auto-derrota.

¿Qué propósito puede tener que la misma FDA declare que sabe que sus medicamentos seguros y eficaces matan como un relojito a centenares de personas?

Puede ser una burla, una declaración que nos dice que nuestros gobernantes saben que la gente está tan incapacitada para pensar y detectar la verdad, que pueden darse el lujo de publicar la verdad sin inmutarse.

Cuando las personas se ven confrontados con la declaración de que las drogas ultra seguras destruyen a tantas personas, sabiéndose incapaces de lidiar con las implicaciones de este hecho, prefieren volcarse en las mentiras y negar la verdad.

Por eso, si queremos salir de esta locura, necesitamos revivir la importancia de la lógica y practicarla desde que empezamos a pensar.

La práctica de la lógica ayuda a detectar lo que no es evidente, a percibir las implicaciones y a enseñarnos a lidiar con ellas. La lógica nos ayuda a anticipar las consecuencias de implementar ciertas ideas. Y por encima de todo, nos ayuda a rechazar contradicciones.

Si lo piensan detenidamente verán que la lógica es el arte de la no contradicción, el arte que nos ayuda a profundizar en las implicaciones de las declaraciones de la FDA.

Volvamos al hecho de que sabemos que algunos de los estudios que hacen las farmacéuticas están plagados de mentiras que terminan en la muerte de varias personas y niños.

Falsificar estudios es un crimen.

¿O falsificar estudios que generan la muerte de varios miles de personas no es un delito grave?  

Sabemos que estamos ante un fraude criminal tremendo y que no podemos confiar en una parte considerable de los estudios que se cuelan ante el público como verdaderos, seguros y científicos.

No es que un estudio aquí y otro estudio allá sean falsos, o se hayan construido sobre evidencia adulterada. No, no, no.

Tantos muertos y personas dañadas nos muestran, con mucha más fuerza que cualquier investigación que se pueda hacer al respecto, el exuberante fraude que se está cometiendo en contra de la Humanidad.

¿Quiénes son los responsables?

Las farmacéuticas. La FDA. Los investigadores “independientes” que corroboran los falsos estudios. Los centros de investigación de las universidades cuyos miembros publican estudios “independientes”, que ratifican la seguridad y efectividad de los medicamentos.

¿Admite alguno su cuota de responsabilidad en este crimen atroz? Por supuesto que no.

Pero eso no significa que no la tengan. Sabemos que la tienen, que la FDA es una agencia criminal cuya razón de ser es mantener dividido el mercado de drogas en blanco y negro, ilegalizando las plantas sanadoras y grandiosas, obligándonos a consumir y usar cada día mayores dosis de venenos.

Entonces ¿podemos confiar en los expertos, en los investigadores, en los estudios irrefutablemente científicos, en los médicos, en las investigaciones de las farmacéuticas o en las vacunas y los medicamentos, en resumen, en todo lo que sustenta el sistema de salud?

Es evidente que no podemos confiar en el criterio de los médicos que, en el mejor caso, obtienen su conocimiento de lo que dicen estos estudios. Generalmente, los médicos saben lo que “saben” sobre medicamentos por lo que les cuentan los representantes de las farmacéuticas. Pero démosles el beneficio de la duda. Creamos que leen los estudios.

Si dichos estudios logran convencer a tantas personas tan inteligentes es porque están muy bien disfrazados. Y encontrar las falencias y contradicciones de esos estudios demanda mucho tiempo y un compromiso compulsivo con la verdad, que no todo el mundo tiene, además del dominio de la lógica y la estadística (temas que no hacen parte del currículo de las Facultades de Medicina).

Entonces, a cada quien le toca investigar por su cuenta y pensar dos, cien o trescientas veces, antes de seguir obedientemente las recomendaciones que los especialistas hacen pensando en salud.

Es un hecho que las farmacéuticas y sus secuaces se nutren de nuestra ignorancia.

El mundo se ve diferente cuando uno aprende a pensar. Aprender a detectar contradicciones es uno de los primeros pasos para un pensamiento agudo y eficiente.

La lógica es el arte de la no contradicción y la propaganda es el arte de abrumar la lógica.

La propaganda también es el sistema de control planetario de un gobierno sevicioso y sanguinario.

La Medicina con su aura pseudocientífica, se vende como políticamente neutral, engatusando a una Humanidad debilitada, que le obedece con la reverencia debida a su mejor logro científico. 

No es casualidad que los mejores propagandistas del mundo trabajen en la arena médica. Ellos han hecho de la Medicina un mecanismo de gobierno brillante, en el que los oprimidos añoran su decadencia y servidumbre.

La propaganda funciona porque, al encontrarla débil, puede abrumar la razón. Cuando lo consigue, nos desarma.

La lógica, por el contrario, se apoya en nuestras habilidades de observar, analizar y discernir y, al practicarla, catapultamos la potencia de la razón. Por eso es un arma contra la FDA. Es un arma imbatible contra cualquier tipo de propaganda.

Realmente, es mucho más que un arma. La lógica te lleva a encontrar la verdad.

Carolina Contreras

Carolina es escritora e investigadora, economista e historiadora. Escribe colecciones de literatura para www.ellibrototal.com y tiene www.lapapeleta.com, un blog para espíritus independientes. Lapapeleta.com es su forma de borrar los límites y de ofrecerle a los demás sus ganas desaforadas de explorar, encontrar, saber y arder con la verdad.

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(1) Antes la página se podía encontrar en el link que está bajo el título "Why Learn about Adverse Drug Reactions", pero ya lo quitaron de su página. Sin embargo, se puede encontrar en este LINK de archive.org.

Créditos imagen: Copyright: <a href='https://www.123rf.com/profile_katalinks'>katalinks / 123RF Stock Photo</a>

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